Cuando piensas en leer con tu bebé o niño pequeño, probablemente piensas en el desarrollo de lenguaje (¡y en abrazos y mimos, por supuesto!) Leer es sin duda un motor del lenguaje, ¿pero sabías que también es una oportunidad para que tu pequeño practique y refine sus habilidades de motricidad fina? Cuando tu niño interactúa con un libro (incluso si sólo lo está sosteniendo), esos pequeños deditos, manos y muñecas se ponen a trabajar.
Los libros apoyan el desarrollo de la motricidad fina por medio de:
Pasar las páginas: Cerca a los 12 a 14 meses, tu bebé podría empezar a cambiar las páginas de un libro, aunque probablemente agarre varias páginas a la vez. Entre más manipule un libro, más fácil le será pasar las páginas. Cuando cumpla 3 años, es probable que tu niño domine el arte de agarrar y pasar sólo una página a la vez.
Señalar: Señalar imágenes o palabras mientras lees un libro anima a tu bebé a hacer lo mismo. ¿Por qué es beneficioso? El señalar está relacionado al desarrollo del lenguaje, por ejemplo. Él señala algo para mostrártelo (atención conjunta) o pide una explicación, lo cual es una forma de comunicarse contigo. Pero señalar también flexiona los músculos de los dedos. Estirar el músculo del dedo para señalar refina aún más los movimientos que le ayudarán a pasar las páginas o a sostener un lápiz.
Interactuar: Muchos libros para bebés y niños pequeños tienen páginas interactivas, como teclados incorporados, solapas para levantar o telas para abotonar. Los libros interactivos son perfectos para hacer que las manos y dedos de tu bebé se muevan de maneras diferentes a las habituales. También puede mantener a tu bebé enfocado en la tarea que tiene entre manos mientras se mantiene ocupado.
Coordinación mano-ojo: La coordinación mano-ojo no sólo involucra las manos y los ojos – también incorpora los brazos. Esto se debe a que los ojos, las manos y los brazos deben funcionar todos juntos para hacer los movimientos precisos. Tu bebé practica refinar esta habilidad al señalar palabras o imagines en un libro, levantar un libro, guardar un libro o intentar pasar las páginas.
Inspirar actividades creativas: Los libros pueden inspirar actividades creativas que también fomentan el desarrollo de la motricidad fina. Puede que tu niño pequeño quiera trazar su personaje favorita de un libro o tratar de dibujar su escena favorita. Algunos libros también incluyen actividades de escritura, como trazar letras con un marcador borrable u otras tareas de motricidad fina como pegar calcomanías para rellenar una escena.
Desarrollo sensorial: Los libros de tocar y sentir, libros de cartón grueso o cualquier otro libro que tenga texturas únicas en sus páginas apoyan el desarrollo sensorial. Tu bebé se acostumbrará más a sentir texturas nuevas a medida que manipule libros de enfoque sensorial. Esto, a su vez, puede ayudarlo a sentirse más cómodo usando una variedad de juguetes que se centran en las habilidades de motricidad fina, como la arcilla, la arena y la plastilina, las cuales tienen texturas que le toman tiempo para acostumbrarse a algunos niños pequeños.
¿Necesitas algunas ideas para sacarle el mayor provecho al momento diario de lectura con tu pequeño? Échale un vistazo a este artículo para consejos de lectura.